Hace unos tres o cuatro años que se comenzó a saber de este tema: Falsos representantes de una compañía energética que llamaban las puertas ofreciendo mejoras en los contratos de los particulares, quienes terminaban por fimar un contrato más gravoso o con una empresa distinta a aquélla en la que el servicio de la vivienda estaba dado de alta ... sin saberlo. Porque cuando se daban cuenta de lo que había sucedido, ya era tarde. Y para reclamar y deshacer el tinglado, ni te cuento.
En otras ocasiones, sencillamente, el falso comercial pedía una factura para "comparar" y buscar una solución mejor y más barata. Cuando, realmente, lo que buscaba eran los datos completos del titular ... y su número de cuenta bancaria.
Pues hacía tiempo que no oía hablar del famoso timo, peeeeeeeero ...
El pasado Viernes, cuando me encontraba trabajando, a las dos y pico de la tarde, intentando enviar un escrito a Lexnet, recogiendo las dichosas notificaciones de última hora (a ver: ¿es que acaso no hay siete horas en la jornada laboral "mañanera" de funcionarios de Justicia?) con el teléfono venga a dar la brasa, mi hijo "exigiendo" la comida, pensando que aún no tenía ningún regalo de Papá Noel-Reyes Magos, que tenía que pasarme el fín de semana limpiando y cocinando, y, en suma, intentando no hiperventilar, cuando llaman a la puerta.
La verdad es que salí como un tornado, dispuesta a llevarme por delante a quien "se atrevía" estresarme un poco más ... y me encontré con un individuo bajito, moreno, con gafas, acento hispanoamericano (lo describo, por si alguien se lo encuentra en la puerta de su casa), al que aviso, antes de que abra la boca, que no tengo tiempo para responder a ninguna encuesta, porque estoy trabajando.
Y es que el individuo en cuestión, sostenía una tablet entre las manos, con lo cual, yo saqué mis conclusiones antes de que dijese "ni mú".
Supongo que no se esperaba mi reacción, ni que no le dejase pasar más allá de la alfombrilla de la entrada, porque me contestó (bastante borde) que "había un problema con mi factura". Le pregunté que qué factura, y me respondió que de mi compañía suministradora de electricidad: que había "un problema" que era necesario revisar, y que debía firmar en algún sitio en la tablet.
Me quedé mirando la tablet como las vacas miran pasar el tren. Porque la tablet estaba a oscuras: no se leía ni torta (más que nada, tenía curiosidad por ver a dónde iba a parar el individuo), salvo algo así como las barras de color rojo del logo de mi compañía.
Le dije al individuo que allí no se podía ver nada, que subiese la luz de la tablet para poder leer. Y me "espeta" un "pues vaya usted a por las gafas" y "supongo que tiene vd. electricidad, así que debe firmar".
¿¿¿¿¿¿¿??????????
Y como aquí ya perdí la poca paciencia que me quedaba esa mañana, la poca curiosidad que sentía por ver dónde iba a parar y, además, "chulerías-y-borderías-conmigo-no", no tardé ni medio segundo en soltarle que mi facturación es electrónica, que iba listo si se pensaba que iba yo a firmar nada de lo que me pusiese delante, ni con gafas ni sin ellas, y que se marchase con viento fresco antes de que me diese tiempo a llamar a la Policía y denunciale por estafa.
A grito pelado, claro está. Porque es la mejor manera de espantar a un estafador.
Obviamente, en cuanto terrminé mi trabajo y le dí de comer a mi "polluelo", envié una reclamación a mi compañía, contando lo que había sucedido, a fín de que me confirmasen o negasen mi sospecha de intento de timo. Y, efectivamente, hace unos minutos he recibido respuesta: Ni la compañía envía comerciales a los domicilios, ni la "embajada" de aquél individuo entra dentro de los parámetros de actuación de la Eléctrica.
Así que, por si la Compañía no avisa, lo hago yo: De momento ya he alertado a mis vecinos: Si tienen alguna duda, llamen por teléfono a su Compañía, pero NO FIRMEN NADA de lo que les ponga por delante un supuesto comercial, ni le dejen pasar al interior de la vivienda. Porque, seguramente, será una estafa.
Ni en Navidad descansan los "amigos de lo ajeno" ...
En otras ocasiones, sencillamente, el falso comercial pedía una factura para "comparar" y buscar una solución mejor y más barata. Cuando, realmente, lo que buscaba eran los datos completos del titular ... y su número de cuenta bancaria.
Pues hacía tiempo que no oía hablar del famoso timo, peeeeeeeero ...
El pasado Viernes, cuando me encontraba trabajando, a las dos y pico de la tarde, intentando enviar un escrito a Lexnet, recogiendo las dichosas notificaciones de última hora (a ver: ¿es que acaso no hay siete horas en la jornada laboral "mañanera" de funcionarios de Justicia?) con el teléfono venga a dar la brasa, mi hijo "exigiendo" la comida, pensando que aún no tenía ningún regalo de Papá Noel-Reyes Magos, que tenía que pasarme el fín de semana limpiando y cocinando, y, en suma, intentando no hiperventilar, cuando llaman a la puerta.
La verdad es que salí como un tornado, dispuesta a llevarme por delante a quien "se atrevía" estresarme un poco más ... y me encontré con un individuo bajito, moreno, con gafas, acento hispanoamericano (lo describo, por si alguien se lo encuentra en la puerta de su casa), al que aviso, antes de que abra la boca, que no tengo tiempo para responder a ninguna encuesta, porque estoy trabajando.
Y es que el individuo en cuestión, sostenía una tablet entre las manos, con lo cual, yo saqué mis conclusiones antes de que dijese "ni mú".
Supongo que no se esperaba mi reacción, ni que no le dejase pasar más allá de la alfombrilla de la entrada, porque me contestó (bastante borde) que "había un problema con mi factura". Le pregunté que qué factura, y me respondió que de mi compañía suministradora de electricidad: que había "un problema" que era necesario revisar, y que debía firmar en algún sitio en la tablet.
Me quedé mirando la tablet como las vacas miran pasar el tren. Porque la tablet estaba a oscuras: no se leía ni torta (más que nada, tenía curiosidad por ver a dónde iba a parar el individuo), salvo algo así como las barras de color rojo del logo de mi compañía.
Le dije al individuo que allí no se podía ver nada, que subiese la luz de la tablet para poder leer. Y me "espeta" un "pues vaya usted a por las gafas" y "supongo que tiene vd. electricidad, así que debe firmar".
¿¿¿¿¿¿¿??????????
Y como aquí ya perdí la poca paciencia que me quedaba esa mañana, la poca curiosidad que sentía por ver dónde iba a parar y, además, "chulerías-y-borderías-conmigo-no", no tardé ni medio segundo en soltarle que mi facturación es electrónica, que iba listo si se pensaba que iba yo a firmar nada de lo que me pusiese delante, ni con gafas ni sin ellas, y que se marchase con viento fresco antes de que me diese tiempo a llamar a la Policía y denunciale por estafa.
A grito pelado, claro está. Porque es la mejor manera de espantar a un estafador.
Obviamente, en cuanto terrminé mi trabajo y le dí de comer a mi "polluelo", envié una reclamación a mi compañía, contando lo que había sucedido, a fín de que me confirmasen o negasen mi sospecha de intento de timo. Y, efectivamente, hace unos minutos he recibido respuesta: Ni la compañía envía comerciales a los domicilios, ni la "embajada" de aquél individuo entra dentro de los parámetros de actuación de la Eléctrica.
Así que, por si la Compañía no avisa, lo hago yo: De momento ya he alertado a mis vecinos: Si tienen alguna duda, llamen por teléfono a su Compañía, pero NO FIRMEN NADA de lo que les ponga por delante un supuesto comercial, ni le dejen pasar al interior de la vivienda. Porque, seguramente, será una estafa.
Ni en Navidad descansan los "amigos de lo ajeno" ...
✍ ¿Quieres hacer algún comentario? ✍