s lo que he pensado esta mañana, cuando me he "comido" una bronca monumental de una funcionaria del Juzgado de un lugar de Asturias "de cuyo nombre no me quiero acordar":
Hoy tenía vista de oposición a desahucio, y llevaba una semana detrás del Juzgado, intentando averiguar si había oposición o no (más que nada, porque teníamos que desplazarnos hasta allí, mi representada, mi Letrado y yo ).
Para empezar, el Servicio de Notificaciones había dejado la notita oportuna en el domicilio litigioso (el de mi representada-arrendadora) ocupado por los inquilinos. Y éstos habían hecho caso omiso. A la vista de lo visto, el Juzgado optó por hacer "averiguación domiciliaria" (¿¿¿?????????) y, claro, los inquilinos estaban donde debían estar: en el piso propiedad de mi representada.
Entonces, el Juzgado decidió contactar con los inquilinos vía teléfónica, comenzando a correr, de nuevo, el plazo, a partir de ese instante.
Pero aquí no termina la historia. Porque el plazo para oponerse al desahucio se materializó en chicle. Porque estiró y estiró hasta el punto de vencer el día anterior al señalamiento para la Vista de oposición (que ya se había suspendido, previamente, y vuelto a señalar, por estas muy particulares y extrañas razones del Juzgado). Según la funcionaria que lleva el tema, claro. Debe ser que, a estas alturas de mi vida, ya no sé contar diez días ni con los dedos.
Así que, dado que se me había advertido, de muy malos modos (dicho sea de paso) que el plazo para oposición terminaba el día antes del señalamiento, decidí llamar ese mismo día antes de las dos de la tarde. Después de intntarlo un par de veces, se me confirmó que no había oposición y que ("¡claro!") la Vista quedaba suspendida.
"¿Y no hay resolución?", pregunté yo en mi infinita inocencia. A lo que obtuve un sonoro cuelgue telefónico ¿¿¿¿¿¿¿¿
A mi estómago le hace menos daño que mi cabeza piense que hubo un motivo razonable para que se "cortase" la línea, de forma que no le dí más importancia y avisé a mi Letrado y cliente de lo que había.
Pero claro, mi trabajo es asegurarme de que la suspensión de la Vista se plasme por escrito y no sólo "de boquilla". Así que esta mañana volví a llamar.
Válgame el Cielo ...
Yo, toda educación y prudencia, preguntando en castellano antiguo, delicado, finísimo e intentando transmitir "buen rollo", si a lo largo de la mañana me iba a llegar alguna resolución acordando la suspensión de la Vista, porque "estaba algo preocupada".
Respuesta (léase a grito pelado y en el tono más desabrido que se pueda imaginar):
.- ¡Pues te vas a seguir preocupando!. ¡Porque si te he dicho que se suspende, es que se supende!.
.- ¡A ver si te crees que sólo tengo tu tema encima de la mesa!. ¡Que tengo más cosas que hacer!
.- ¡Si tengo tiempo, la preparo esta mañana. Y si no, te esperas!
A todo ésto, yo me estaba mordiendo la lengua, y pensando que me la iba a partir en dos. Porque si le "soltaba" a la señora funcionaria todo lo que se me estaba viniendo a la cabeza, tendría que dejar la profesión.
Así que opté por no decir ni "mu" y aguantar el "chorreo" como una buena espartana y contentarme con un "gracias y adiós".
Mi aparente calma parece que aplacó a la buena señora, por lo que el final de su discurso (del que ya no escuché ni una palabra, porque estaba intentando terminar de controlarme) me sonó más "sosegado".
Resumiento: Sin resolución de suspensión, a media hora de la señalada para la Vista (y sigo sin ella), aguantando una bronca de campeonato de la responsable de proveer lo que tiene que proveer ... y mi Letrado atónito (porque le contado, con todo detalle, porqué no le he notificado resolución de suspensión alguna ... excuso decir que nos hemos pasado media hora al teléfono despotricando contra este tipo de situaciones).
Iba a escribir algo ... que mejor me lo guardo para mí, porque sigo intentando conservarme en "modo zen" :b :P :i
Hoy tenía vista de oposición a desahucio, y llevaba una semana detrás del Juzgado, intentando averiguar si había oposición o no (más que nada, porque teníamos que desplazarnos hasta allí, mi representada, mi Letrado y yo ).
Para empezar, el Servicio de Notificaciones había dejado la notita oportuna en el domicilio litigioso (el de mi representada-arrendadora) ocupado por los inquilinos. Y éstos habían hecho caso omiso. A la vista de lo visto, el Juzgado optó por hacer "averiguación domiciliaria" (¿¿¿?????????) y, claro, los inquilinos estaban donde debían estar: en el piso propiedad de mi representada.
Entonces, el Juzgado decidió contactar con los inquilinos vía teléfónica, comenzando a correr, de nuevo, el plazo, a partir de ese instante.
Pero aquí no termina la historia. Porque el plazo para oponerse al desahucio se materializó en chicle. Porque estiró y estiró hasta el punto de vencer el día anterior al señalamiento para la Vista de oposición (que ya se había suspendido, previamente, y vuelto a señalar, por estas muy particulares y extrañas razones del Juzgado). Según la funcionaria que lleva el tema, claro. Debe ser que, a estas alturas de mi vida, ya no sé contar diez días ni con los dedos.
Así que, dado que se me había advertido, de muy malos modos (dicho sea de paso) que el plazo para oposición terminaba el día antes del señalamiento, decidí llamar ese mismo día antes de las dos de la tarde. Después de intntarlo un par de veces, se me confirmó que no había oposición y que ("¡claro!") la Vista quedaba suspendida.
"¿Y no hay resolución?", pregunté yo en mi infinita inocencia. A lo que obtuve un sonoro cuelgue telefónico ¿¿¿¿¿¿¿¿
A mi estómago le hace menos daño que mi cabeza piense que hubo un motivo razonable para que se "cortase" la línea, de forma que no le dí más importancia y avisé a mi Letrado y cliente de lo que había.
Pero claro, mi trabajo es asegurarme de que la suspensión de la Vista se plasme por escrito y no sólo "de boquilla". Así que esta mañana volví a llamar.
Válgame el Cielo ...
Yo, toda educación y prudencia, preguntando en castellano antiguo, delicado, finísimo e intentando transmitir "buen rollo", si a lo largo de la mañana me iba a llegar alguna resolución acordando la suspensión de la Vista, porque "estaba algo preocupada".
Respuesta (léase a grito pelado y en el tono más desabrido que se pueda imaginar):
.- ¡Pues te vas a seguir preocupando!. ¡Porque si te he dicho que se suspende, es que se supende!.
.- ¡A ver si te crees que sólo tengo tu tema encima de la mesa!. ¡Que tengo más cosas que hacer!
.- ¡Si tengo tiempo, la preparo esta mañana. Y si no, te esperas!
A todo ésto, yo me estaba mordiendo la lengua, y pensando que me la iba a partir en dos. Porque si le "soltaba" a la señora funcionaria todo lo que se me estaba viniendo a la cabeza, tendría que dejar la profesión.
Así que opté por no decir ni "mu" y aguantar el "chorreo" como una buena espartana y contentarme con un "gracias y adiós".
Mi aparente calma parece que aplacó a la buena señora, por lo que el final de su discurso (del que ya no escuché ni una palabra, porque estaba intentando terminar de controlarme) me sonó más "sosegado".
Resumiento: Sin resolución de suspensión, a media hora de la señalada para la Vista (y sigo sin ella), aguantando una bronca de campeonato de la responsable de proveer lo que tiene que proveer ... y mi Letrado atónito (porque le contado, con todo detalle, porqué no le he notificado resolución de suspensión alguna ... excuso decir que nos hemos pasado media hora al teléfono despotricando contra este tipo de situaciones).
Iba a escribir algo ... que mejor me lo guardo para mí, porque sigo intentando conservarme en "modo zen" :b :P :i
Han pasado veinticuatro horas desde que debió celebrarse la Vista de oposición ... y aún no tengo resolución sobre la suspensión. ¿O la tengo verbal y "presunta"?
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